Una de las delicias de remar en un par simple es la mantener una conversación cara a cara entre remero y timonel. En un doble par sin timonel los remeros pueden seguir conversando pero ya no se ven las caras, en definitiva uno se acostumbra... o no, quiero decir tal vez no haya necesidad de aceptar lo que parece inevitable si se dispone de un doble par de las características del que se muestra en el vídeo:
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